Dicen que la cobra siempre muerde dos veces, que las desgracias nunca vienen solas.
Dicen que somos igual que ratas y cucarachas, que no podemos ni pedir explicaciones...
que somos pobres sin tierra ni nombre.
Tienen el derecho sobre nuestro suelo, nunca vale nada hasta que se interpone en el progreso
Su economía de mercado nos trajo a este lugar y ahora sus fieles nos lo quieren quitar
Fríos e indiferentes se presentan con la orden, seguros de si mismos los cerebros no responden
Demasiados palos han ayudado a ahogar lo mas puro de la rebeldía en las sombras del lugar.
El slum sí, el slum sí, el slum sí...
nuestra casa
Gasolina, ladrillos y piedras, desobediencia civil
odio, frustración, lágrimas tragadas
Y es cuando el pueblo se levanta, cuando los ricos tienen que correr, cuando los quemados llevan lothis, cuando ya no hay nada que comer.
Es la masa que descarga la ira contra la mano que se ve, causante de su injusticia, ejecutora de su mal.
Sin embargo mientras la muerte sigue en los despachos, ella es intocable tiene el poder del capital
La cobra siempre muerde dos veces, hambre y represión es el diario del esclavo.